El auge de las normas IFS

Las normas IFS están “de moda”. Las siglas pertenecen a International Food Standard, un estándar que crearon las cadenas de alimentación alemana y que, con los años, se ha ido extendiendo a lo largo de la Unión Europea.

Aunque en la actualidad sólo es obligatorio cumplirlo en los mercados alemanes y franceses, es probable que, por lo eficaz del estándar, termine siendo un requisito obligatorio para las empresas españolas.

Este estándar describe los requisitos de un sistema de gestión de inocuidad alimentaria, partiendo del enfoque de los APPCC, pero puliendo las carencias de estos. Profundiza en la seguridad en las instalaciones de las industrias alimentarias, y en los elementos de mejora de la gestión de alimentos.

Entre los objetivos que persigue cumplir este estándar están los siguientes cuatro, muy importantes:

• Asegurar la comparabilidad y transparencia durante todo el proceso de suministro.
• Establecer normas comunes que cuenten con un sistema de evaluación uniforme.
• Reducir costes de capital y trabajo tanto para fabricantes como proveedores.
• Trabajar con los mejores auditores y organizaciones de certificación acreditadas.

Cuando una compañía o empresa busca alcanzar la máxima calidad, satisfacción y seguridad alimentaria para sus clientes, no hay certificaciones suficientes. La creatividad y la innovación se convierten en partes inseparables de los valores empresariales.

La certificación IFS ofrece numerosos beneficios que ayudarán a posicionar tu empresa en el mercado, como una de las referentes en el sector alimentario. A continuación, algunas de las ventajas que se han probado en la aplicación del International Food Standard:

• Ahorra en costes económicos gracias a necesitar menos servicios de auditoría.
• Demuestra una alta responsabilidad social corporativa, a través de la inversión en calidad.
• Optimiza el uso de herramientas y recursos en la cadena de tu industria alimentaria.
• Permite utilizar el logo IFS y su certificado, demostrando el cumplimiento de los más altos estándares.

Para obtener esta certificación, es casi obligatorio contar con los servicios de una consultoría especializada en el cumplimiento de las normas IFS. Una vez aplicadas las medidas necesarias para optimizar la gestión de la empresa alimentaria de acorde a las marcadas, se podrá pasar una auditoría que sólo es necesaria repetir anualmente.